La primera parte de la primera vida.
La niebla es distinta, tan distinta como los colores de mi
rostro. Esta velada fue larga y tortuosa, el galopar de cualquier señal me
presentía su regreso. Un sin fin de actitudes temerosas más el temblor de mi
mano hace que esta ilusión, que mantengo eterna, se pierda y que en su peor
caso mi alma termine desvaneciéndose, quebrándose...muriendo
Ya han pasado 43 días desde su partida, aquel sentimiento de
fe ya se ha borrado y mi santa concentración se ha disuelto, no queda nada en
mí que mantenga viva las promesas, mucho menos el amor.
En unos pocos días el pueblo estará de fiesta, nuestro rey
entregara a su hija a un joven caballero que ha luchado tras de mi batallas
para alcanzarla. Todo el mundo celebrara, un pueblo blanco y armonioso.
Nosotros los aldeanos haremos esas labores de las cuales, la mitad ha sido
heredada, y la otra mitad otorgada a latigazos y gritos. Aunque esto llene de
felicidad a mi gente, mi pesar por mi rey sigue siendo el mismo, las continuas
guerras lo han puesto viejo y distante, lo que ha contagiado al clima y a la
tierra, su mirada llena de brillo en majestuosidad se han perdido.
Yo creí conocerle bien, cuando envió a sus hombres a la
lucha, consentí cada una de sus leyes y entregue mi confianza, aun siendo niña
imagine un mundo lleno de paz y sabiduría, pero me equivoque. A nuestra vida la
han azotado miles de penumbras haciendo más triste el no volver de nuestros
soldados, la reina por su parte ha enfermado, nuestro curandero no sabe su
causa
- La tormenta se avecina.
Recuerdo claramente que hace algunos días pude apreciar lo
afortunada que soy, viendo a un pequeño niño que no podía descifrar códigos,
letras que estaban impresas en un libro que alguien seguramente letrado le
regalo, yo por mi parte se hacerlo, aprendí de la mujer más sabia y fuerte, mi
señora Janne, una sublime princesa coronada por un rey incrédulo…ella me dio
esa herencia…si pudiera decir algo sobre mi madre adoptiva es que logro llevar
miles de soldados a una guerra invencible, en donde su paz e inteligencia otorgaron
el triunfo en muchas batallas, pero el destino fue cruel con ella y la hizo
arder en el fuego eterno, mucho de los que la acompañaron poco a poco fueron
cayendo, la paz que ella les daba era sinónimo de amor y fortaleza, pero sus
verdades fueron acalladas por entidades más fuertes dejándola a su destino,
despojándola de todo y lanzándola a la fría soledad.
Recuerdo haber llorado días enteros frente a sus cenizas
pero alguien toco mi hombro y dijo:
- si aún puedes seguir tu lucha…cree firmemente en ti, sigue
a tu mayor ejemplo y provee a tu alma de esperanza…
De ese personaje solo recuerdo su nombre…Gilles de Rais.
(Esta narración es hecha en base a mis propias fantasías,
mezclando la verdadera historia con mis propios sueños)
Dedicada a la mujer más valiente de la humanidad Janne Da
Arc.